jueves, 28 de junio de 2012

Buscando raíces...


   Llegar al Instituto… toda una aventura, pero trabajar con dos personas que más que Directoras de Estudios fueron apoyo y guía… un regalo.
    
    Cuando me incorporé al colegio en 1971, Carmencita  ya estaba desde el año anterior en el cargo en el turno de la mañana y en 1975 Irene fue nombrada en “mi hábitat”, el turno de la tarde. Mis horas de cátedra siempre estuvieron en ese turno, salvo en los últimos años donde apenas aparecía un día de la semana con muy poquitas horas en el turno de la mañana.
   
   Petty y Carmencita, dos personas diferentes, con distintos tiempos y modos de relacionarme… pero ambas acompañando casi todo mi caminar por el colegio… nada menos que 28 años compartiendo la vida y el trabajo dentro de esos muros.   
   
   Cuando me recibí de Profesora en Ciencias Económicas y llegué al Instituto Cristo Redentor, traía en mi valija un bagaje de sueños y de conocimientos… mi vocación y mi formación. Los comienzos fueron muy arduos, sin familia, sin amigos… y con mucho por trabajar en mi perfeccionamiento tanto de mi especialidad como pedagógico. 
   
   Pero llegué a un lugar especial donde encontré personas también especiales…  a mis ansias y a mi tenacidad para superarme permanentemente en lo profesional, Carmencita, con su humildad y su búsqueda constante de perfeccionamiento, me proporcionó todo el acompañamiento necesario para que pudiera realizar mi crecimiento pedagógico y me pintó las alas con el color de la confianza para que pudiese planificar y levantar mi propio vuelo.
    
   Con Petty logramos conectarnos desde otro ángulo. Con ella estuvimos trabajando juntas durante 23 años, ella como Directora de Estudios y yo como docente. En el turno de la tarde y por 19 años desde mi llegada, hubo una sola división que correspondía a los Peritos Mercantiles, sólo cinco cursos, pocos docentes, lo que nos dio la posibilidad de compartir muchas horas diarias y contar con mucho tiempo para conocernos. Nació así una amistad que aún mantenemos a pesar del tiempo transcurrido. Tal vez nos veamos poco… pero siempre sabemos una de la otra. Ella también tuvo mucho que ver en mi crecimiento pedagógico por su claridad de conceptos, su firmeza y seguridad en el desempeño de su rol, pero fundamentalmente, en Petty encontré el respaldo para poner en práctica todas mis iniciativas y fue la que fortaleció mis alas de libertad para la acción.
  
   Carmencita y Petty, trabajando juntas codo a codo en los mismos cargos hasta el final., porque a fines de 1998 las dos se despidieron del Instituto. Dos Directoras de Estudios comprometidas con los ideales y principios institucionales, entregadas a su trabajo y  dispuestas siempre a ayudar y acompañar  a sus docentes y sus alumnos con respeto, profesionalismo y dedicación. La puerta de la Vice Rectoría siempre abierta para quien buscara ayuda o consejo; el oído atento y las palabras reconfortantes y cuando fuese necesario, también el límite o la corrección.

   Irene Markowsky de Sattler y Carmen Fernández de Bonfils, dos Directoras de Estudios que fueron raíces y pilares de mi accionar docente.
   ¡Cómo no agradecer tanto privilegio!.

                                                                            
                                                                                     María Adela Pon  

       Si te interesa conocer más sobre esos compañeros, los que acompañaron mi caminar durante 30 años y con los cuales juntos construimos esa comunidad del Instituto, te sugiero otros escritos del blog como Extrañándote..., Esos infatigables caminantes...Un recuerdo... un anhelo... y un adiósCon sólo nombrarla..., Un comienzo... que se renuevaY Dios sigue entretejiendo la historia...Cuando la nostalgia golpea la puerta..., Las imágenes que se fueron gestando... desde 1979,   30 años .... en un poema,



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