viernes, 11 de julio de 2014

Con la complicidad del silencio...


    De vez en cuando paso por el frente de mi querido Instituto, no el que corresponde a la entrada diaria de los alumnos sobre Dean J. Álvarez, sino el que identifica al Colegio, sobre Avda Ramírez, donde está esa entrada… en la que los docentes del Área Contable plantamos nuestro cedro azul para que la custodiara junto al Cristo… esa imagen…  que las Hermanas quisieron ofrecer a la comunidad según consta en un acta de la Unión de Padres del 28 de junio de 1952 en la que ellas piden una estatua de Cristo Redentor para colocar en el frontispicio del edificio, de ese Cristo, el Redentor del Mundo, en homenaje al cual su fundador le puso el nombre a esta casa. No consiguieron una de bronce como querían y la lograron en cemento blanco y marmolina. 1952, el año del festejo del Cincuentenario de la fundación del “Asilo Cristo Redentor” donde  no sólo colocaron la estatua sino también el nombre INSTITUTO CRISTO REDEDNTOR debajo de ella.

  Contado así, como lo hice en Buscando respuestas…, parece que esa fecha figurara sólo en los papeles como un dato abstracto y al que se puede acceder sólo si se llega hasta los documentos… pero la realidad hace que esa fecha tome dimensión desde otra perspectiva… porque tengo en mis manos unas fotos que no sólo la confirman sino que amplían esa información señalando nada más ni nada menos que el día preciso de su colocación: 13 de septiembre de 1952… y un apellido… que tal vez corresponda a la persona que realizó la colocación de la estatua.





   Esas fotos fueron sacadas por la Hermana Miguelina como todos la conocemos, pero en realidad la Hermana se llama Elsa Eulalia Bella y hace muchos años que nos encontramos en el colegio cuando ella comenzó a atender la fotocopiadora y si bien lamentablemente nos relacionamos poco, nos hemos cruzado muchas veces en nuestro caminar, sobre todo en aquellas actividades que acercaban a la Comunidad con el personal docente y no docente del Instituto.   

   Cuando la Hermana Miguelina me envió las fotos, junto con ellas venían otras… y una historia que quiero transcribir tal cual la recibí, con la intención de conservar la riqueza  del mensaje y tener la posibilidad de leer entre líneas: “No sé si le sirven estas anotaciones; en el año 2009 un fuerte viento le sacó a la cruz el palo horizontal, luego de varios meses me decidí a sacar el otro palo pero no pude porque estaba afirmado con bulones. Como aquí estaba trabajando el albañil Oscar  Rey y su hijo, le pedí que sacaran el otro palo. Cuando lo tenían aquí abajo lo lijé y barnicé varias veces y cono vi que era una madera muy dura y por lo tanto era muy fuerte, luego de ser restaurado traté de afirmarlo bien y le pedí a Juan Vicentín que lo vuelva a poner en el lugar. Como verán hoy el Cristo Redentor luce nuevamente su Cruz.”





   Unas fotos… que muestran el accionar callado y fecundo de una Hermana nacida en Monte Caseros, Pvcia de Corrientes, el 30 de junio de 1938. Una Hermana que ingresa a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de Gante en 1964,  que completa sus estudios secundarios en la Comunidad de Paso de los libres y que se entrega por completo a su misión de colaborar con su bagaje de experiencias en trabajos manuales adquiridos en la casa de sus padres, poniéndolos al servicio de la Congregación en todas las Comunidades donde le tocó estar. Así lo hizo entre 1973 y 1985 cuando estuvo en el Hogar La Providencia en Villa Urquiza donde esmeradamente concentró sus esfuerzos en cultivar el campo, atender el tambo y demás animales de esa casa, cocinar para las Hermanas y los 140 niños internos, hacer todas las compras necesarias (alimentos, herramientas,...), manejar la camioneta y el tractor y enseñar a los internos mayores a realizar trabajos en la granja. Así lo sigue haciendo desde 1985 cuando se incorpora a la Comunidad de Cristo Redentor  realizando aquí diferentes tareas según las necesidades. En la actualidad se ocupa del jardín del frente sobre Avda Ramírez, también de la Capilla La Asunción en donde no sólo realiza su limpieza, sino que también se ocupa de los manteles, ornamentos y flores y hasta de su  mantenimiento edilicio. Colabora con la Contabilidad Central, siendo el nexo entre el Contador y las Comunidades y acompaña a las Superioras Provinciales en sus viajes en auto.

    Una Hermana… unas fotos y…  una historia… contada de forma muy simple… como podría haberme contado cuando pintó  los ventanales superiores de la Capilla La Asunción,  las que dan a las gradas de la nave central. Historias de acciones realizadas para cuidar la casa grande… para mantener el Hogar tibio y abierto. Historias… con profundas enseñanzas… porque hablan precisamente de esas acciones que se transforman en lecciones de vida; esas acciones… las que muchas veces pasan inadvertidas, pero que cuando salen a la luz  muestran a las personas con toda su riqueza interior y hablan de su entrega callada y fecunda; esas acciones… las que se realizan… con la complicidad del silencio.


                                                                                                   María Adela Pon

1 comentario:

  1. Adela estuve leyendo un poco y me encantó el blogs, sobre todo esa historias de la Hna Miguelina, gran persona, trabajadora incansable, recuerdo hace como 2 años cuando me contó que pintó los ventanales de la iglesia, le dije Hna no tiene miedo de estar tan alto pintando, y me contestó con mucha tranquilidad, cómo voy a tener miedo si está María conmigo cuidándome, admiro a esa mujer. Alejandra Peserico

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